sábado, 28 de noviembre de 2009

De tragedias y sustitutos

Romario de Souza y el joven Ronaldo Nazario habrían formado una de las delanteras más temibles en la historia de las copas del mundo, pero Romario se fue a jugar futbol a la playa con sus amigos y se lesionó unos días antes del mundial de Francia 1998. El melodrama que se montó a continuación, con Romario rogándole al entrenador Mario Zagallo que lo incluyera en la lista, las dudas de éste y la rotunda negativa de Zico, director de selecciones nacionales, se resolvió con la exclusión del genial delantero. En una lacrimosa rueda de prensa, Romario anunció que no jugaría el Mundial, y en su lugar fue llamado Emerson Ferreira.
Emerson era un duro mediocampista defensivo que jugaba en el Bayer Leverkusen alemán. Su enorme despliegue físico, su contundencia en el robo de la pelota y su disciplina e inteligencia táctica lo llevaron al futbol europeo a los 21 años, tras ganar una Copa Libertadores, una Recopa Sudamericana, un Campeonato Brasilero, dos Copas de Brasil y un Campeonato Gaúcho con el Gremio de Porto Alegre.
En Europa tuvo una destacada trayectoria. Luego de tres temporadas en el futbol alemán, fue contratado por el Roma italiano, donde ganó una Liga y una Súper Copa, después se fue al Juventus y, luego del descenso del equipo turinés debido a arreglos de partidos, fue traspasado al Real Madrid, donde obtuvo una Liga española. En 2007 se fue al Milán, donde conquistó un Mundial de Clubes y una Súper Copa Europea. Luego regresó a Brasil.
A partir de su participación en Francia 1998, Emerson se hizo indiscutible en la selección brasileña, con la que ganó la Copa América de 1999. Su capacidad y su liderazgo le dieron la capitanía del equipo.
En 2002, la selección brasileña se entrenaba en el lejano Oriente antes de la Copa del Mundo de 2002, celebrada en Corea y Japón. A pesar de la presión, el equipo brasileño vivía días esperanzadores. Capitaneado por Emerson; encomendado al demoledor talento Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho; empujado por el incombustible Cafú; dirigido por el experimentado Luiz Felipe Scolari, Brasil partía con algo más que su habitual etiqueta de favorito.
Mientras futbolistas de otras selecciones sufrían trágicas lesiones, Brasil estaba tranquilo. Tanto, que Scolari visitó una iglesia de la ciudad surcoreana de Ulsan para agradecer a Dios el privilegio de contar con todos sus futbolistas en condiciones antes del torneo.
Unas horas después de la visita a la iglesia, el capitán Emerson se puso de portero en una cascarita y se dislocó el hombro. Así, el sustituto de Romario cuatro años antes debido a una desafortunada lesión, tuvo que dejar el equipo que. Como en Francia, Brasil llegó a la final. Pero en Corea-Japón sí la ganó. La mala suerte de Romario hizo a Emerson subcampeón mundial; su propio infortunio lo dejó sin levantar el máximo trofeo
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