lunes, 23 de noviembre de 2009

Ídolo de ídolos

Bochini besa la mano de su gran ídolo.
Antes de cumplir 18 años, Ricardo Enrique Bochini (Zárate, 1954), fue convencido por un veterano entrenador para ingresar a los equipos juveniles del Atlético Club Independiente. A partir de su debut en el primer equipo, ocurrido en 1972, Bochini hizo del futbol un arte mayúsculo que lo convirtió en un ídolo para los miles de seguidores de Independiente, y en un motivo para hacerse hincha de ese club.
Uno de los que se adhirieron a la bochinimanía fue un chico llamado Diego Armando Maradona.
En los 634 partidos que disputó con la camiseta de los rojos de Avellaneda anotó la respetabilísima cifra de 97 goles, pero se le recuerda especialmente por sus excepcionales pases y por su capacidad para retener la pelota y luego dinamitar las defensivas rivales con sus imparables arrancadas.
Con Independiente ganó dos campeonatos metropolitanos, dos nacionales, uno de priemera división, cinco copas Libertadores, tres copas Interamericanas y dos copas Intercontinentales. En la final del torneo nacional de 1977, Independiente jugó contra Talleres de Córdoba. Según las crónicas, el partido de vuelta (en la ida quedaron 1-1), celebrado en la cancha de Talleres, fue un robo contra los de Avellaneda. Tres futbolistas rojos, furiosos por el arbitraje, discutieron con el juez del partido y fueron expulsados. Con tres jugadores menos y un gol de desventaja, parecía que el equipo cordobés se coronaría. Pero a falta de tres minutos para el final del partido, Bochini anotó el gol que le dio el título.
Su trayectoria con la selección nacional fue pobre. No fue convocado para el Mundial de 1978, que ganó Argentina, ni para el de 1982, a pesar de que vivía su mejor momento. De no ser por un poderoso valedor que impuso su presencia en 1986, Bochini se habría despedido sin jugar un solo minuto en Copa del Mundo.
Cuando el equipo argentino estaba preparado par disputar el Mundial de México, Diego Armando Maradona le exigió al entrenador Carlos Salvador Bilardo que convocara a su ídolo de la infancia. Y Bilardo aceptó. Así, cuando faltaban cinco minutos para que terminara la semifinal contra Bélgica que Argentina ganaba 2-0 gracias a una excepcional actuación de Maradona. Bochini sustituyó a Jorge Luis Burruchaga. De lo sucedido entonces circulan dos versiones. Según la primera, el capitán argentino, confeso admirador de Bochini, lo recibió con la frase: "Dibuje, maestro". Según la segunda y más aceptada, Maradona le dijo: "Bienvenido, maestro, lo estábamos esperando". Y Bochini ganó un mundial.
En 2007, con 53 años de edad, Bochini disputó un partido oficial de las divisiones de ascenso argentinas. El Club Sportivo Barracas Bolívar lo invitó a jugar contra el Deportivo Argentino de Pehuajó, que concluyó con la victoria del equipo de Bochini.
El cantautor argentino León Gieco adaptó la letra de su mundialmente reconocida canción "Sólo le pido a Dios" para el homenaje a Bochini. La hinchada, enloquecida, le cantó en 1991: "Sólo le pido a Dios/que Bochini juegue para siempre/siempre para Independiente/para toda la alegría de la gente".

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