lunes, 29 de marzo de 2010

La identidad antes que el Mundial


Alex Ferguson lleva casi un cuarto de siglo generando gloria en el Manchester United. Tras su llegada al club rojo de la industriosa ciudad inglesa, en 1986, Ferguson recompuso la moral de un equipo gravemente deprimido. Ferguson pasó en el United casi siete años antes de ganar su primer título de liga, pero la espera no fue del todo infructuosa: durante esta época, el entrenador escocés construyó la infraestructura deportiva sin la cual es inexplicable la posterior avalancha de títulos.
Ferguson ha encontrado una fórmula de constrastada eficiencia: a las grandes contrataciones como las del francés Éric Cantona y la del irlandés Roy Keane ha unido el minucioso trabajo en las categorías inferiores gracias al cual han surgido estrellas como David Beckham y Ryan Giggs.
Ryan Joseph Wilson Giggs nació en Cardiff en 1973. Su padre, jugador profesional de rugby, fue contratado por el club inglés Swinton Lions cuando Ryan tenía seis años, por lo que toda la familia se mudó a la zona metropolinata de Manchester. Ryan practicaba rugby hasta que optó por el futbol en su adolescencia. Tras sus geniales exhibiciones escolares, el joven futbolista fue observado por los dos grandes clubes de la ciudad de Manchester, el City y el United. Ryan finalmente llegó al club rojo después de que el mismo Ferguson tocara la puerta de su casa para convencerlo.
Los padres de Ryan se divorciaron a finales de la década de los ochenta, y Ryan cambió el apellido paterno Wilson por el materno Giggs. En esa época, Giggs representó a Inglaterra en las categorías juveniles, pero cuando fue llamado a la selección sub 21, el cariño a sus abuelos galeses y a su madre pudieron más que la camiseta de una selección campeona del mundo. Así, Giggs optó por representar a Gales.
Lo que aparentemente convertía a Giggs en un héroe del renacido nacionalismo galés en realidad no fue tan bien recibido en su tierra natal. El genial extremo izquierdo puso como condición para integrar la selección de Gales que sólo lo llamaran a los partidos oficiales. Entre 1991 y 2007, Giggs jugó 64 partidos con Gales.
Recientemente, Giggs ha coqueteado con la posibilidad de regresar al representativo galés, aun a sabiendas de que nunca podrá ganar ni un Mundial ni una Eurocopa. Pero el futbolista nacido en Cardiff no anda precisamente escaso de trofeos: en sus casi 20 años de pertenencia al Manchester United, Giggs ha ganado 11 ligas inglesas, tres Copas de Inglaterra, seis Copas de la Liga inglesa, siete copas Community Shield, dos Ligas de Campeones de Europa, una Supercopa de Europa, una Copa Intercontinental y un Mundial de Clubes. Ningún futbolista en la historia del Manchester se ha acercado siquiera a la colosal cifra de campeonatos obtenidos por Giggs.