jueves, 19 de noviembre de 2009

Con Fortuna de espaldas

Foto Cuartoscuro.


Cuando Ramón Morales abandonó la cancha juego, al minuto 73, el “Gooooya” y el “cómo no te voy a quereeeeeeeeer” se fueron apagando mientras partía de las tribunas el clamor “a-se-si-no, a-se-si-no”, como si los 70 mil presentes ese cálido mediodía de junio descubrieran la presencia de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría o George W. Bush mancillando el Estadio Olímpico Universitario. El público de Pumas recibió así a Jesús Ramón Ramírez Ceceña (Tepic, 5 de diciembre de 1969) en la final del Clausura 2004.La carrera de Ramírez estuvo marcada por el infortunio. Debutó en 1990 con el Santos Laguna, y muy pronto llamó la atención de César Luis Menotti, entonces técnico de la selección. Se le auguraba una trayectoria de crack. El 15 de diciembre de 1991, Carlos Alberto Carrillo, mediocampista del América, le rompió una rodilla. Le pronosticaron dos meses de recuperación, pero la lesión estuvo tan mal atendida que se le pudrió la zona afectada y tuvo que ser operado. Perdió nueve meses. Su verdugo, que apenas debutaba en ese partido, nunca más apareció en la primera división. Ramón jugó su primera final en 1994: Santos perdió contra los Tecolotes de la UAG. En el mundial de 1994, Ramón era la gran esperanza del equipo mexicano. El entrenador Miguel Mejía Barón lo hizo jugar de defensa a pesar de las reticencias del propio Ramón, y su aporte en el torneo fue mucho menor al esperado.Cuando era idolatrado en Torreón se fue a jugar a las Chivas. Los aficionados del Santos, heridos por unas presuntas declaraciones a la prensa según las cuales nunca le gustó La Laguna, lo repudiaron hasta el final de su carrera. En cada partido que disputó Ramón en el Corona, una rechifla estremecía el estadio y muchos litros de diversos líquidos volaban buscando impactar en el traidor.Con Chivas ganó su primer título en 1997, y al año siguiente perdió una final. Luego de muchos años tristes, las Chivas por fin tenían un ídolo. Pero la Promotora Deportiva Guadalajara, acuciada por las deudas y la ambición, decidió vender a Ramón al mejor postor: el América. Ramón se fue a Coapa, donde su futbol resultó tan intrascendente que la directiva crema lo transfirió a Tigres. Con la selección ganó la Copa Confederaciones de 1999, y las copas de Oro de 1993, 1996 y 1998. El 11 de diciembre de 2000, la camioneta en la que viajaba se estrelló contra un Dodge, muy cerca de Guadalajara. Ramírez se fracturó el tobillo derecho, y su esposa y su hija resultaron con múltiples golpes. Dos niños y una mujer que viajaban en el Dodge fallecieron. Si bien volvió las canchas, Ramón se quedó muy lejos del brillante mediocampista que había asombrado México a principios de la década de 1990.Con Tigres llegó a la final en 2001, y la perdió. Luego regresó a Chivas. El 13 junio de 2004, sustituyó a Ramón Morales en la final del Clausura, y el público de CU le recordó el trágico accidente vial. Las Chivas perdieron. Unos meses después se fue a las Chivas USA y, al poco tiempo, lesionado, dio fin a su carrera.El palmarés de Ramón Ramírez no estuvo acorde a su gran calidad; su infortunio, sí.


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